Octubre

El otoño comienza en octubre. Es el momento en que comienza la recolección de los cítricos, y las granadas, uvas y chirimoyas dan la bienvenida a una época del año que nos encanta a los agricultores.

La naturaleza también señala la salida del verano trayéndonos nuevos e interesantes sabores: aceitunas, bellotas, setas, caquis y muchas otras frutas. Y esperemos que pronto lleguen las lluvias otoñales para que nuestros campos vuelvan a reverdecer.

Caqui

Disponible noviembre – enero

El caqui, fruta estrechamente asociada al otoño, procede de un árbol de la familia del ébano que puede alcanzar los doce metros de altura, aunque suele mantenerse más bajo para facilitar su recolección.

Es posible que encuentre dos términos: «caqui» y «fruta de Sharon». Distinguen a la variedad «Sharon» -conocida por carecer de semillas, no ser astringente antes de madurar y tener un delicioso dulzor meloso cuando está completamente madura- de otros tipos de caqui, especialmente las variedades astringentes que requieren más maduración para volverse blandas y completamente dulces.

Sorprendentemente, el caqui es en realidad una baya. Su vida útil es relativamente larga en comparación con otras frutas, y mantienen su calidad y sabor cuando se almacenan durante largos periodos. Son una rica fuente de vitaminas A, C, E y K, potasio y otros antioxidantes vitales. Su alto contenido en fibra dietética ayuda a la salud digestiva, y los caquis contienen buenas cantidades de antioxidantes como carotenoides y flavonoides.

Los caquis son una fruta suave, sabrosa y muy dulce. Puede degustarlos enteros, en rodajas en ensaladas y postres (pruebe una tarta de caqui, ¡es increíble!) o en conservas.

Chirimoya

Disponible noviembre – abril

La chirimoya es originaria de Sudamérica, concretamente de la región andina cercana a Ecuador y Perú, donde crece a altitudes de entre 1.400 y 2.000 metros. Destaca por su alto contenido en hidratos de carbono y azúcares naturales, sin dejar de ser relativamente baja en calorías; suele rondar las 80-100 calorías por ración de 100 gramos, lo que la convierte en una buena opción para quienes vigilan su ingesta calórica.

Las chirimoyas llegaron a Europa entre los siglos XV y XVII. En Europa se adaptaron al clima, dando lugar a diversas variedades regionales. A pesar de sus raíces sudamericanas, la chirimoya crece bien en Europa, sobre todo en la costa de Granada, en las zonas de Almuñécar, Jete, Otivar y Salobreña.

El otoño y el invierno marcan el momento de madurez de la chirimoya, por lo que es la época ideal para disfrutar de su delicioso sabor y sus beneficios para la salud. Es una fruta extremadamente sensible y delicada que requiere una manipulación cuidadosa, y tiene una vida útil corta; el mejor momento para consumirla es a partir del cuarto día después de su recolección, manteniéndola a temperatura ambiente.

Las chirimoyas son una buena fuente de potasio, esencial para regular la tensión arterial, la función muscular y la actividad nerviosa. Su bajo contenido en sodio permite recomendarlas a personas con problemas cardíacos, hepáticos, hipertensión o que tomen diuréticos.

Uvas

Disponible septiembre – diciembre

Las uvas de mesa son las que se disfrutan frescas y sin procesar, distintas de las variedades que suelen utilizarse en la elaboración del vino o para producir pasas. En la antigüedad, griegos y romanos cultivaban tipos específicos de uva conocidos por su fruto grande y dulce. Las uvas ocupaban un lugar importante en la dieta de la gente, no sólo de los ricos (junto con los higos), sino también de la población en general. Servían para múltiples propósitos; no sólo como delicioso tentempié, sino también como edulcorante natural en diversos platos y bebidas.

Recientes investigaciones científicas han descubierto la presencia del antioxidante resveratrol en las uvas. Este compuesto ofrece beneficios potenciales para la salud, como regular la expansión de los vasos sanguíneos, reducir la coagulación de la sangre, aliviar el dolor y la inflamación, reducir los niveles de azúcar en sangre y ayudar en afecciones como el colesterol alto, el cáncer y las enfermedades cardiacas.

Las uvas pueden realzar ensaladas y otros platos, aportándoles un dulzor refrescante. Resultan especialmente agradables en las recetas más contundentes de otoño e invierno, acompañadas de relleno o carne asada. Además, las uvas pueden prepararse con métodos como el salteado o el horneado; ajuste el tiempo de cocción para conseguir el nivel deseado de jugosidad o firmeza.