El proyecto nace en 2017 cuando tenemos la oportunidad de comenzar a cultivar una finca en Cantabria, y volver así a la tierra siguiendo con el legado de mis abuelos. Mi pareja Clara y yo, quienes nos encargamos de ello, venimos de estudiar agronomía y siempre hemos tenido presente esta necesidad de cultivar, sobre todo en un territorio como Cantabria, predominantemente ganadero y donde la agricultura es muy escasa. Tenemos claro que queremos cultivar frutales, casi no existe oferta de fruta ecológica en Cantabria, y nos decidimos a comenzar con la plantación de media hectárea de kiwi.

Qué es lo que te hace diferente? Comparando con otros kiwicultores de Cantabria, ¡básicamente todo! Desde los inicios, cuando no labramos la tierra ni siquiera en la plantación y nos decían que era una locura… No talamos los árboles colindantes aunque den algo de sombra (¡incluso estamos plantando más!), mantenemos una cubierta verde y espesa, ¡hasta la ortiga es bienvenida!

Con todo ello procuramos que sea en la medida de lo posible una continuación del bosque que linda con la finca y así mantener la mayor biodiversidad posible.