Mi relación con el campo ha sido vivirlo desde pequeño, mis padres trabajaban en el campo además de tener una explotación de ovejas y cabras.

Me encanta el contacto con la tierra, es algo que necesito y me aporta bienestar. Al ser mis padres ganaderos siempre he vivido en una práctica de agricultura ecológica, pues los residuos de los animales lo utilizábamos para nutrir a la tierra y nunca hemos utilizado productos químicos, pues estos se notaban cómo le afectaban a los animales.

Me considero afortunado con mi vida , pues me siento libre y además creo que aporto mi granito de arena, pues mis tierras son un oasis de vida, lo mires por donde lo mires, están llenas de vida, tanto de fauna como de flora.

La base de una agricultura ecológica es respetar y cuidar la tierra. En una tierra sana, el trabajo ya está hecho y es fácil el manejo.

Hay el mito de que en ecológico hay menos producción, y eso no es verdad, pienso que lo contrario, pero lo que quieren las compañías es que nos hagamos dependientes de ellos, no quieren personas libres, y esto está en todos los aspectos.

Para mí es una alegría cuando la gente que prueba mis productos me habla de lo ricos que están, y de la diferencia que notan con otros, eso me hace sentir que voy en el camino correcto, intentando dar productos de calidad y sanos.